L’Angolino: una cena veraniega en el corazón peatonal de Riccione
Una terraza con alma italiana, a un paso del mar Adriático
Durante mi escapada a Riccione este septiembre de 2025, cené con unos amigos en L’Angolino, un restaurante ubicado en el número 180 de la Viale Dante, una de las arterias principales y más animadas de esta localidad costera de la Emilia-Romaña. La calle, cerrada al tráfico por las noches, se transforma en un auténtico paseo peatonal lleno de vida, luces y aromas veraniegos que te envuelven desde el primer momento.
El restaurante cuenta con una terraza típica de verano, muy italiana, donde las mesas se reparten entre plantas y luces cálidas. Eso sí, como cabría esperar de una ubicación tan céntrica, el ambiente es algo ruidoso: hay mucho tránsito de personas, familias, parejas y turistas que desfilan continuamente a pocos metros. Pero, lejos de restarle encanto, esta efervescencia forma parte del carácter de Riccione, sobre todo en temporada alta.
Lo primero que quiero destacar de L’Angolino es su excelente atención al cliente. Dos camareros jóvenes —una chica y un chico— nos atendieron con simpatía, agilidad y una sonrisa permanente. Ella, especialmente, demostró una profesionalidad que hizo que toda la experiencia fluyera de manera muy agradable.
Una carta de mar con sabor local y platos bien ejecutados
Entrantes para compartir con el sabor del Adriático
Empezamos la cena compartiendo tres entrantes que hablan claramente del ADN marítimo del restaurante:
- Calamaro croccante: finamente rebozado y perfectamente frito, este calamar crujiente llegó a la mesa caliente, sin rastro de aceite excesivo. Lo acompañaba una salsita ligera que realzaba su sabor sin taparlo. Una opción sencilla pero bien conseguida.
- Seppioline alla julienne in umido: unas pequeñas sepias cortadas en tiras finas, cocinadas en su salsa, con un toque mediterráneo y un punto de cocción muy logrado. Era un plato humilde pero sabroso, que nos llevó directamente a los sabores caseros del litoral italiano.
- Insalatina di mare: fresca, equilibrada, con buenos ingredientes y un aliño muy bien medido. Aquí encontramos pulpo, mejillones, langostinos y calamares, sobre una base de rúcula y hortalizas frescas. Una entrada perfecta para los calurosos atardeceres riccioneses.


Segundos platos que apuestan por el pescado fresco
En los principales optamos, cada uno, por un plato diferente, todos del mar, lo que nos permitió probar varias especialidades de la casa:
- Entrecôte di tonno pinna gialla: un generoso filete de atún de aleta amarilla, marcado al punto justo, acompañado de alcachofas a la romana y una mayonesa de azafrán que aportaba un matiz elegante al conjunto. El contraste de texturas entre la carne firme del pescado y la suavidad de la salsa fue uno de los momentos más destacados de la noche.
- Filetto di rombo: filete de rodaballo al horno, delicado y jugoso. No era el más vistoso de los platos, pero sí uno de los más equilibrados en cuanto a sabor. Muy correcto, sin artificios innecesarios.
- Ricciola con olive, pomodorini e fiori del cappero: este fue quizá el plato más sabroso, gracias a la combinación de la ricciola (una especie de serviola o pez limón) con aceitunas negras, tomatitos cherry y flores de alcaparra. La mezcla era intensa, con un punto salino y ácido muy mediterráneo, ideal para acompañar con un vino blanco seco.
- Il Baccalà: no podía faltar el bacalao, presentado aquí con una cocción suave y jugosa. Aunque tal vez fue el plato más discreto de la noche, su sabor era auténtico y la ración, generosa.


Un vino local que maridó con naturalidad
Para acompañar la cena, pedimos un vino blanco local, ligero, fresco y sin pretensiones, que se adaptó muy bien a los sabores del mar. Aunque la carta de vinos no es especialmente extensa, sí ofrece varias opciones de la región, lo cual siempre es un punto a favor cuando se quiere apostar por el producto de cercanía.

Buena relación calidad-precio en pleno centro de Riccione
La cuenta final rondó los 35€ por persona, una cifra muy razonable teniendo en cuenta el lugar, la atención y la calidad general de los platos. Si se elige un vino más selecto, el precio puede subir ligeramente hasta los 40€, pero sigue siendo un coste ajustado para una cena completa en pleno corazón de Riccione, a escasos metros del mar Adriático.
Lo mejor de L’Angolino es, sin duda, su servicio cercano y amable, que consigue elevar una comida buena (aunque no memorable) a una experiencia que se recuerda con cariño. La cocina es correcta, con productos frescos y recetas típicas de la costa italiana, sin grandes riesgos pero bien ejecutadas.
Valoración final de Sabores del Mundo
Nota: 7/10
L’Angolino es un restaurante ideal para una cena relajada en verano, en una ubicación privilegiada y con un equipo joven y profesional que sabe cómo hacerte sentir bienvenido. La comida es honesta, el ambiente animado, y el conjunto funciona.
Si estás en Riccione y buscas un lugar informal pero cuidado donde disfrutar de pescado fresco y platos del mar, L’Angolino es una apuesta segura.
- Dirección: Viale Dante, 180, 47838 Riccione RN, Italia
- Teléfono: +39 351 830 372
- Instagram: @langolino_riccione
- Precio medio: 30-40 € por persona
